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Para entender mejor este artículo definiremos primero qué es un signo y qué es un síntoma. Un signo o un síntoma es una señal de que algo no está bien en nuestro cuerpo. La diferencia entre ambos está en que el signo puede ser observado por otra persona (familiar, amigo, enfermera o médico), como por ejemplo: fiebre, respiración rápida, sonidos anormales en los pulmones percibidos con la ayuda de un estetoscopio, etc. Un síntoma es también una señal de enfermedad, pero que es percibido solamente por el enfermo y no puede ser fácilmente evaluado por otras personas, como el cansancio, dolor o falta de apetito.

Los signos y síntomas no son suficientes para diagnosticar una enfermedad, puesto que un mismo signo o síntoma puede presentarse en varias enfermedades, como por ejemplo la fiebre que puede presentarse por infecciones de toda índole, en enfermedades autoinmunes o en neoplasias. Por lo tanto, deben ser analizados en el contexto clínico de un paciente.

El cáncer es un grupo de enfermedades que pueden causar cualquier signo o síntoma. Los signos y síntomas dependerán del lugar donde éste se origina, el tamaño del tumor y la manera en que afecta los organos y tejidos del cuerpo. Si se ha dismeninado y ha hecho metástasis, los síntomas y signos pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. A medida que el cáncer crece puede comprimir estructuras vecinas, vasos sanguíneos y nervios. Esto puede producir ciertos signos y síntomas. Si el tumor se encuentra en un area critica, como algunas partes del cerebro, incluso tumores pequeños pueden causar síntomas muy importantes y en algunas oportunidades el tumor crece en lugares en los que no produce síntomas hasta que esta mas grande.

Además de los síntomas y signos locales, puede producir ciertos síntomas generales como fiebre, fatiga o baja de peso. Esto puede ser porque las células cancerígenas “gastan” mucha energía y nutrientes del organismo para seguir creciendo y reproduciéndose. Además los tumores liberan sustancias que alteran la manera en que el organismo obtiene energía a partir de los alimentos. Además el tumor puede producir reacciones en el sistema inmune del cuerpo que produzca este tipo de síntomas.

A veces las células cancerígenas liberan sustancias en el sistema sanguíneo que producen algunos síntomas que no son usualmente relacionados al cáncer. Por ejemplo algunos tumores en el páncreas o en el sistema digestivo pueden favorecer la producción de trombos (o coágulos) dentro de las venas y algunos tumores de pulmón pueden producir sustancias que hacen que se altere el metabolismo del agua en el organismo.

Los síntomas y signos son una alerta que el organismo envía para darnos cuenta que algo no esta bien y no deben ser ignorados, sobre todo si tienen un largo tiempo de duración o se están presentando con mayor intensidad.

Es probable que la mayoria de veces estos sintomas no esten causados por el cáncer, pero es importante buscar una consulta médica para descartarlo.

Sin embargo a veces es probable encontrar el cáncer antes que se presenten síntomas. Es por eso que se recomiendan ciertos chequeos médicos periódicos.

Algunos sintomas generales que se relacionan con frecuencia al cáncer y que deben ser motivo de una consulta inmediata son:

  1. Baja de peso inexplicada: la mayoría de pacientes con cáncer sufren de pérdida de peso en algún momento de la enfermedad. Una pérdida de peso sin causa aparente de más de 10 kg puede ser un signo de cáncer. Se relaciona con más frecuencia a cáncer de páncreas, del tubo digestivo, cáncer de pulmón o linfomas.
  2. Fiebre: la fiebre es relativamente común en enfermos con cáncer y se desarrolla con más frecuencia cuando la enfermedad está diseminada y con mucha frecuencia en casos de linfomas y leucemias.
  3. Fatiga: es la sensación de cansancio extremo que no mejora con el descanso. Puede llegar a ser muy importante a medida que el cáncer crece.
  4. Dolor: el dolor puede ser un síntoma precoz como en el caso de tumors óseos, testiculares o cerebrales. Más frecuentemente se presenta en etapas avanzadas.
  5. Cambios en la piel: además de las neoplasias propias de la piel, en los que se pueden observar distintos tipos de lesiones, algunas enfermedades pueden producir ciertos signos o síntomas en la piel, como hiperpigmentación, ictericia (coloración amarillenta debido a un aumento de las bilirrubinas en la sangre), áreas de eritema (coloración rojiza), prurito.